El nuevo muro sumergido que encierra de punta a punta la playa de la Mar Bella, y que fue terminado hace un par de meses como una solución para evitar la fuga de arena, se ha convertido en una estructura que retiene en la playa los desechos sólidos arrojados al fondo del mar....
Latas de cerveza, objetos metálicos, escaleras, compresas y hasta sillas de chiringuito son algunos de los desechos que este diario ha podido descubrir en el fondo marino de la Mar Bella, en una inmersión asistida por un equipo del centro de buceo Vanas Dive de Barcelona.
Las pocas semanas de esta construcción todavía no han generado una situación desbordante, pero los usuarios conocedores del entorno, deportistas y ecologistas temen que con la llegada de la época de lluvias, cuando los colectores rebosan y los residuos sólidos llegan en grandes cantidades al mar, el nuevo muro estanque la basura y convierta a la Mar Bella en un arenal insalubre.
Ver el video de la immersión.
El ayuntamiento hasta ahora solo retira los desechos sólidos flotantes, pero solo en campañas esporádicas limpia el fondo marino.
A pesar de las retenciones de basura, el espigón también comienza a generar algunos efectos positivos. Las nuevas piedras se han convertido en un refugio artificial y han atraído fauna marina y estos días los submarinistas pueden ver bancos de peces y algunos ejemplares como sepias y pequeños pulpos.
La estructura está construida a unos 200 metros de la orilla y en posición perpendicular, de manera que une los dos espigones de los extremos y encierra por completo la playa, lo que para muchos ecologistas y deportistas acuáticos la convierte en una piscina salada.
Los submarinistas aseguran que el nuevo muro submarino también ha generado una nueva corriente que crea un «agujero de basura» en los restos de una antigua plataforma sumergida utilizada antiguamente por los barcos para descargar combustible.
SOLUCIÓN EN PRUEBAS // Las dudas sobre las consecuencias ambientales de la obra, que ralentizará la renovación del agua y aumentará su temperatura, hizo que el Ministerio de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Barcelona, responsables de las obras, tomaran una decisión preventiva: el muro se probará en la Mar Bella y si no genera problemas ambientales notorios se extenderá en los próximos meses a Bogatell, Nova Mar Bella y Llevant.
El espigón impide que el agua del mar llegue a la playa desde el suelo hasta ocho metros de altura y solo permite una renovación en los dos metros más cercanos a la superficie. El Ministerio de Medio Ambiente ha reconocido que la obra aumentará la temperatura del agua, pero ha descartado que ocasione daños ambientales relevantes.
[texto extraido de el Periódico DAVID PLACER / JOAN CORTADELLAS]